RECORRIDO DEL MONTAJE CINEMATOGRÁFICO
Los hermanos Lumière o Thomas Alba
Edison se dedicaban a registrar con sus rudimentarias
cámaras cosas que les llamaban la
atención. Plantaban su cámara, le daban
vueltas a la manivela y grababan, por
ejemplo, la llegada de un tren a una
estación hasta que se quedaban sin
película. El cinematógrafo, así utilizado, no
tenía ningún futuro, y ellos
mismos lo sabían y así lo hacían saber.
Edwin S. Porter, ayudante de
Edison, experimentó con
película y pensó en
contar una historia empalmando
diferentes escenas. Algunos eran
escépticos en
ese sentido y no estaban seguros
de que el público fuera a
comprender la
progresión narrativa de la historia.
Sin embargo, funcionó.
D.W.
Griffith
Estableció todas las reglas del montaje
clásico que dieron como resultado el
concepto de montaje transparente. ¿Su
objetivo? Pasar desapercibido. Se buscaba
que el público no se diera cuenta de que la
película está montada, dando una
sensación de continuidad cercana a la
realidad. Es el paso más importante a la
hora de engañar al público haciéndole
creer que los acontecimientos se suceden
continuadamente.
Eisenstein
Concebía el montaje como un
conflicto entre dos imágenes y así
es como lo trataba en sus películas
que, dicho sea de paso, tenían un
fuerte contenido ideológico. Eisenstein va y viene por la
escalera mostrando el drama,
haciendo que los planos
entren en conflicto, con un
montaje que no se esconde,
llegando al punto de introducir
inconsistencias en los
movimientos de los
personajes.
Comentarios
Publicar un comentario